El cartelista francés Jean Carlu (1900-1997) empezó su carrera profesional en 1919, todo indica que fue alrededor de un año después de haber perdido su antebrazo derecho debido a un accidente en el que fue arrollado por un tranvía en París, hecho que influyó en su decisión de abandonar los estudios de arquitectura (formaba parte de una familia de arquitectos) para iniciarse en el diseño. En sus trabajos se aprecia una especial combinación de formas y estructuras geométricas con imágenes fuertemente simbólicas, composiciones de acertadas gamas cromáticas y acabados muy visuales.

Carlu fue tal vez uno de los primeros diseñadores en aplicar el concepto menos es más mucho antes de su generalización, ya que para fijar una marca registrada en la mente de los consumidores consideraba necesaria la aplicaran de formas esquemáticas y colores expresivos, características que dotan a sus carteles y etiquetas con unas señas de identidad y calidad ciertamente reconocibles.

En su mirada, se aprecia también un análisis desapasionado y objetivo del valor emocional de los elementos visuales y una percepción especial del valor de la comunicación en el ambiente urbano. De hecho, realizó experimentos de lectura con algunos carteles midiendo el impacto que estos podrían tener variando la velocidad de lectura del consumidor . Quería con ello comprobar la efectividad de sus diseños sobre un peatón caminando o sobre un conductor conduciendo su motocicleta, por ejemplo.

En 1940 estaba trabajando en los Estados Unidos para el gobierno francés cuando los alemanes invadieron Francia, lo que en cierta manera provocó que se quedara a vivir allí, período en el que desarrolló algunos trabajos destacados, incluyendo carteles para las fuerzas armadas norteamericanas. Volvería a Francia en 1953.

En sus mejores diseños las palabras y las imágenes están entrelazadas por mensajes breves de gran poder. Si bien hasta el inicio de la Segunda Guerra mundial su estética tuvo una gran influencia entre cubista y modernista (era admirador de de Juan Gris y Albert Gleizes) su experiencia en América amplió su visión, y de su larga trayectoria se aprecia el acercamiento a muchos estilos y lenguajes. Buscó siempre comunicar la esencia del mensaje: “Para qué utilizar dos líneas donde basta con una, o por qué emplear dos ideas donde una sola puede transmitir mejor el mensaje”.




Mantuvo siempre su interés por estar al día con las tendencias visuales de la época y a su vez marcó a muchos profesionales que aún hoy lo ven como un modelo digno de estudio. En definitiva, Carlu fue un adelantado que sentó bases de comunicación gráfica del pasado siglo, un diseñador que no podría pasar por alto para los amantes del papel en base a sus trabajos en carteles, etiquetas o portadas.
Samuel Heidelberg